miércoles, 8 de mayo de 2013

Empresarios exigen aumento del subsidio para pagarle al “SEÑOR PALANCA”


A quienes le suelen conducir… ¿Les gustaría que otra persona se encargue del cambio?

Anoche, ya con ganas de llegar a casa, subí a un bus de las aerolíneas Cerro Köi, más conocida en el lenguaje popular como “Areguá”. Que me haya subido sin inconvenientes fue raro, porque estos conductores son muy conocidos por moverse antes de que tu vida esté a salvo.


Bien, lo cierto es que subí y parecía que el viaje iba a ser normal. De Eusebio Ayala a República Argentina, de Aviadores del Chaco a General Aquino… y así hasta el centro de Luquelandia. Sin embargo, lo tragicómico vendría antes de alcanzar la autopista.

Luego de que dió la luz roja, el conductor intentó cambiar la velocidad y se quedó con la palanca en la mano. En ese momento faltó la ambientación con el famoso ruido que suena cuando alguien queda en ridículo. Al revisar, el apenado señor descubrió que la soldadura había cedido.

Estoy segura que a la mayoría de los pasajeros se les cruzó por la mente lo mismo o algo similar a lo que yo pensé: -Que mala suerte. Ahora tendremos que bajarnos y esperar otro. Pero no, al chofer se le ocurrió algo más ingenioso. Solo el que estaba cerca del conductor se levantó y he aquí lo que resolvieron.

El hombre que estaba sentado en el primer asiento, el que tiene la etiqueta de “reservado para…”, se levanta y habla con el conductor. Ambos deciden que se puede seguir avanzando. Así, el chofer retoma la marcha con su palanca humana.

Al comienzo el pasajero solidario solo movía el cambio con el pie. Luego de avanzar un buen tramo, ambos entraron en confianza. El chofer le pasó una toalla y el hombre se sentó en el estribo manejando el cambio desde el suelo. Solo faltaba que le diese pequeños golpes en la cabeza como indicaciones para meter en segunda o algo similar, pero optó por algo menos humillante, hablarle.

A una novata en el arte de la conducción le pareció hasta peligrosa la maniobra. Pero, mientras yo me lamentaba por haberme subido en ese móvil y le señalaba los riesgos que implicaba a mi hermano que viajaba a mi lado, todos actuaban con absoluta normalidad. Lo único diferente fue que ya no se subieron pasajeros y que el conductor apagó las luces como señal de que tenía inconvenientes.

Lo irónico de todo esto es que hoy nuevamente en la prensa se hace eco  la noticia de que gobierno prometió pagar el subsidio a los transportistas. Por este concepto, hoy se desembolsaría un monto que supera los 5.800 millones de guaraníes. A esto se le agrega que los empresarios de las líneas suspenden paro por “48 horas”. Los propios dueños del transporte reconocen que es irracional amenazar al gobierno con un paro, pero "ya no encuentran otra opción”. Como si fuera que tienen la autoridad moral para hacerlo.

Pero bueno, antes de comenzar con la catarsis, prefiero dejarles la siguiente predicción: Dentro de poco los empresarios van a argumentar que necesitan aumento del subsidio para pagar el sueldo del “señor palanca", el que se encarga del cambio.

Que tengan un buen día y que el bus en el que viajan no se descomponga.